Analicemos el texto de Gustavo III, ministro de Suecia en Madrid en 1765:
«Desde que estoy en este país me parece
que el género humano está diez siglos atrás. Los Pirineos son, en mi opinión,
las barreras del mundo ilustrado, que la filosofía jamás ha podido pasar. Los
habitantes de estos tristes climas, hundidos en las tinieblas y en la más
vergonzosa ignorancia, se sienten orgullosos de su ceguera. La libertad de
pensar y de obrar les parece un bien despreciable; su genio, tan seco como sus
campos, no produce más que embriones informes, y no se eleva sino por saltos y
por brotes. El pueblo, cuya subsistencia está devorada por los frailes,
aplastado bajo el peso inmenso de la superstición y del poder arbitrario, se
corrompe en la miseria y en la holgazanería y ni siquiera tiene la fuerza de
gemir por ello...».
En este texto podemos
ver la situación de atraso en el siglo XVIII en nuestro país. Nos encontramos
con problemas educativos como que no había un número significativo de escuelas
que llegasen a todos los ciudadanos, además estas escuelas del Antiguo Régimen
eran llevadas por la Iglesia principalmente por lo que los ciudadanos aprendían
de forma indirecta los saberes que ésta imponía.
Al contrario que en la
época posterior a la Revolución Francesa, la cual supuso un cierto cambio en el
pensamiento, los únicos que optaban a tener una educación era solo una minoría
selecta como la mediana burguesía y los nobles, siempre y exclusivamente a los
hombres. Por estas causas solamente un 8% de la población sabía leer y escribir
en aquella época.
En este momento
histórico, 1765, reinaba Carlos III hasta la fecha de su muerte 1788 poco antes
del comienzo de la Revolución Francesa. Los ciudadanos no tenían derechos para
expresarse con libertad, comprar o vender, o como bien hemos dicho antes para
recibir una educación. En conclusión una época absolutista donde ninguno de los
poderes estaba separas, sino que todos pertenecían al rey. Gracias a él se
formaron las primeras escuelas gratuitas de letras para jóvenes de clase social
baja pero a modo de beneficencia.
Otra figura importante
en este siglo fue Jovellanos, el cual consideraba a la educación como pilar
fundamental de una sociedad. Además de ello defendía que la educación debía
llegar a toda la sociedad sin excluir a nadie por su origen social.
Como personajes de gran
importancia también fueron el Conde de Aranda, Pablo Olavide y Cabarrús. En
primer lugar el Conde de Aranda tuvo gran repercusión en hecho como el Motín de
Esquilache ya que ocupó el cargo de Esquilache en el gobierno y no aceptó las
reformas que este propuso para avanzar, aunque después de la revolución estaba
a favor de los reformitas y los enciclopedistas, más tarde fue sustituido por
Godoy con el que tuvo una enemistad. Otro de los personajes, Pablo Olavide, era
un afrancesado ya que se exilió durante varios años en Francia ya que fue
condenado por la Inquisición, gracias a estos años aprendió el pensamiento
francés de la época con autores como Voltaire y Diderot. Más tarde pasó a
formar parte del gobierno de Carlos III. Al contrario que la mayoría de la
población en nuestro país en aquella época si se interesaba por temas que no
eran pertinentes con la religión, por lo que sus obras tuvieron gran
repercusión. Por ultimo situamos a Cabarrús, el cual mantenía una cierta
amistad con los anteriores, Jovellanos y Aranda, fue el creador del primer
banco nacional español y tuvo grandes cargos políticos en las épocas de Carlos
IV y José I en el sector financiero de nuestro país.
Como conclusión decir
que fue una época de grandes cambios tanto en la política española, como en la
forma de pensamiento y en la libertad del individuo dando grandes pasos aunque
era evidente el atraso con el resto de Europa de aquellos siglos.
Figuras importantes de esta época:
Carlos III.
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